Por Rubén Gazapo Ramos
Tras la inauguración del nuevo pabellón costó cogerle la medida al Araba ya que durante varias semanas más las obras se fueron alternando con la celebración de los partidos de Liga ACB.
El olor a pintura, barniz, y chapa se mezclaban en la atmósfera con un aire frió que se colaba desde el perímetro de la fachada que aún no se había logrado cerrar,sin olvidar el tiempo que costaba llegar a Zurbano desde el centro de la ciudad, sin los accesos que hay en la actualidad.
Foto:Toni Kukoc y Pablo Laso en 1991
Tras ese periodo de adaptación aquella temporada fue histórica.Inicialmente los 3.000 espectadores que llenaban Mendizorroza no parecían muchos en Zurbano, pero aquel Taugres logró enganchar a un público que comenzó a llenar los asientos rojos y azules del Araba.
El equipo y la afición comenzaron a creerse que podían ser grandes y juntos lograron superar por primera vez la clasificación para disputar las semifinales de la Liga ACB,además obtener una plaza para disputar la Copa Korac.
El Baskonia se instalaba en la élite del baloncesto y no mucho tiempo después ya se comenzaba a hablar de una más necesaria ampliación dada la expectación que generaba un equipo capaz de competir y ganar a Real Madrid, FC Barcelona y Joventut.
Además de recibir a equipos ilustres del baloncesto internacional como la Benetton de Toni Kukoc antes de dar el salto a la NBA, el histórico Cantú o el Zadar del prometedor Adrijan Komazec del que decían que se parecía a Petrovic, aunque solo fuera por que ambos compartían la reinstaurada nacionalidad croata.
Foto:Santi Abad ante Herreros en 1995
En aquellos primeros años del Pabellón Araba viví algunas anécdotas curiosas.Tuve la oportunidad y la suerte de estar en varios partidos a pie de pista como «mopero» junto a los chicos que habitualmente realizaban aquellas labores y que eran compañeros de equipo y del «insti que de vez en cuando me ofrecían acompañarles sin les faltaba personal,a lo que yo no me podía negar ni mucho menos.
Uno de aquellos partidos fue el primero de la semifinal de la Recopa de Europa ante Cholet en 1994. Tuve el honor de participar con su joven estrella Antonie Rigaudeau en una impresionante sesión de tiro antes del calentamiento mientras le pasaba balones con un poco de mala leche para que fallara alguno.
Me sorprendió recibir ordenes de Paco García para sabotear las rueda de entradas a canasta del conjunto galo tratando de introducir balones con menos aire y entorpecer al jugador que iniciara el ejercicio.
Esa fue la gran primera noche de baloncesto europeo para el Baskonia, un partido tenso como pocos, en el que jugadores como Ramón, Rivas, Ken Bannister, Pablo Laso y hasta Rafa Talaverón le echarón grandes dosis del denominado «Carácter Baskonia» y en el que la victoria suponía tener un pie en la final de Lausanne.Tras los 40 minutos nada más acabar el encuentro acabé recibiendo los elogios del «Animal» Bannister que me dio un gran abrazo fruto de la euforia del triunfo que ponía el 1-0 en la serie.
Foto:Saski Baskonia.Ken Bannister machacando ante el Cholet
Como joven aficionado conseguir los autógrafos de los jugadores baskonistas como Chicho Sibilio, Joe Arlauckas o Pablo Laso , también los de los jugadores visitantes más famosos y entrenadores de reconocido prestigio como Manel Comas o Antonio Díaz Miguel,suponían un aliciente más para acudir a cada partido aunque para ello hubiera que hacer encaje de bolillos para conseguir que el padre de un amigo nos llevara, tener que coger el autobus que más cerca nos dejara del pabellón o desafiar a la adversa climatología vitoriana para ir caminando desde Judizmendi como último recurso.
Grandes momentos siempre bien acompañado de mis mejores amigos,fuimos testigos del crecimiento y la progresión de un club que se atrevió a ser grande.Las celebraciones de los títulos conquistados junto a ellos son recuerdos imborrables que aún permanecen muy frescos en mi memoria entre otros muchos.
Y hasta Zurbano llegó uno de esos días que te pueden cambiar la vida.Bajo la cúpula del Araba también conocí a mi mujer Silvia, una incondicional del Joventut que acudió a la Copa de 2002.Un amigo común del grupo de seguidores de la escuadra verdinegra denominado Penyadictes, nos presentó unas horas antes nada más bajar del Talgo que les trajo desde Barcelona.
El Baskonia apeó al equipo de Badalona en cuartos de final con una canasta de Scola a pocos segundos para el final del partido. Pese a la derrota y la rabia contenida inicialmente, nos fuimos viendo en el Buesa Arena durante los partidos y también fuera,disfrutando de la «otra» Copa por las calles y bares del casco viejo donde fueron surgiendo además varias parejas entre seguidores de equipos y de ciudades de latitudes tan opuestas situadas en la otra punta del mapa de la península ibérica y de más allá.
Esa temporada semanas después el Joventut volvía a Vitoria a jugar !!un miércoles!!,y ella se aventuró a venir en un viaje relampago.El Baskonia volvió a superar a la Penya, el conjunto de Dusko Ivanovic comenzaba a coger una velocidad de crucero previa a los play offs que le llevaron a ser poco después campeón de la primera Liga ACB. Pero volviendo al aspecto sentimental,ya a partir de ese día nuestras vidas cambiaron y se iniciaba una relación que perdura hasta nuestros días.
Foto:El primer partido de Ian bajo la cupula en diciembre de 2012
Desde entonces el Buesa Arena es y ha sido un escenario en el que hemos presenciado decenas de partidos juntos y al que hemos vuelto en cada ocasión que ha sido posible.Ahora además acompañados de nuestro hijo Ian de 4 años.
La más reciente fue el pasado mes de agosto mientras íbamos dando un paseo por la zona más cercana al edificio de la Vital y al centro Ataria, Ian se giró señaló al Buesa Arena y nos dijo:!!»esa es la casa de Aker»!! al recordar que en el último partido al que fue ese día había estado en las gradas del pabellón Aker acompañado de su amigo Babazorro.Además esa frase tan inoncente incluso podría haber encajado perfectamente como eslogan para una campaña de socios del Baskonia pero por si acaso, ya tiene sus derechos de autor registrados jeje.
En definitiva estos y otros muchos recuerdos siempre ligados al baloncesto forman parte de una pasión un tanto desmedida que siguen reflejando una devoción baskonista pese a los 600 kms que nos separan ahora de la cúpula del viejo Araba y que han llegado a marcar nuestras vidas.
Pero estoy convencido que a varios miles de seguidores baskonistas también y guardan historias,relatos, fotos,y anécdotas dignas de ser conocidas.Así que ahora os toca a vosotr@s contar vuestros recuerdos bajo la cúpula. ¿os animáis?

Ruben Gazapo

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