Los escoltas y aleros de aquella final. Don Velimir Perasovic, Carlitos Cazorla, Iñaki Gómez y Marcelo Nicola. Antes de empezar, aviso… No voy a ser excesivamente objetivo. No voy a hablar de jugadores de baloncesto, porque eso lo conoce todo el mundo. Tengo el honor y el privilegio de poder considerar a los cuatro, amigos. Gente con un corazón que no les cabe en pecho. Hablaré de su condición de jugadores, pero antes de nada, quiero decir que los cuatro son gente maravillosa. Costará volver a reunir en un equipo a cuatro personas de este calibre…
Empezando por el más cercano, Iñaki, hablo de un tío como no he conocido otro… Llegó de Alicante, pasando frío (había que verlo entrenar con ropa por todas partes), siempre con una sonrisa amable en la cara, y siempre dispuesto a ayudar a quién se lo pidiese. Iñaki es una de las mejores personas que he conocido en Vitoria. Trabajador como nadie, llegó a la élite trabajando como un cabx´xx. Compartía puesto y casa con Ander Txintxurreta, otro de los grandes talentos de la época dorada de Alfredo Salazar. Se parecían poquito… Ander era un tanto “bala perdida”, mientras que Iñaki era un currela de aupa. Ander tenía mano y potencia innatas, Iñaki se trabajó tanto la mano como la potencia, hasta lograr equipararlas. Ander tuvo mala suerte con las lesiones… su rodilla no le dio tregua y acabó por abandonar el basket. Iñaki, en cambio, siguió trabajando y trabajando como un animal, y los resultados no tardaron en llegar. Manel vio en él a un buen escolta, capaz de anotar, defender y mantener la solidez del grupo, e Iñaki respondió a la perfección. Para la historia, muchos de sus triples y pentraciones, pero sobre todo, la primera final en Lausanne. No llegó a jugar en aquella final de Vitoria del 96, pero su corazón e influencia en el grupo, hicieron de aquel Baskonia un equipo mejor…
Peras. ¿Qué voy yo a decir de Peras, cuando todo el mundo sabe que ha sido mi ídolo desde que tengo razón de ser? Quién me conoce y me sigue en Internet, sabe que he firmado en los foros y redes siempre como “Velimir”. Peras siempre fue un espejo para mí, tanto por su forma de jugar, como por su forma de enfocar el deporte. Su profesionalidad, entrega y cercanía eran y son ejemplares. Cuando llegó a Vitoria, ya lo había ganado todo con la Jugoplastica. No tenía nada que enseñar ni demostrar. Pero a pesar de todo, se dejó el alma en Vitoria. En aquella final, Peras llegó tocado. Tan tocado que fue duda hasta el final, aunque todos sabíamos que tenían que cortarle una mano para que no jugase aquel partido. Tenía enfrente a Prelevic, otro de esos jugadores tocados por la varita mágica, pero eso no le asustó… Le costó entrar al partido, pero cuando lo hizo, fue demoledor, y el despegue final del partido llevó su nombre. Peras encarnó aquel titulo… se puso la ikurriña en la espalda y dejó que la afición lo levantase. Peras fue la gran imagen de aquella noche, porque todos queríamos que lo fuese…
Carlitos Cazorla. A Carlos le conocí algo más tarde que al resto… era unos años más joven que yo, y realmente, yo tenía más relación con su hermano Juanpe. Pero cuando tuve la ocasión de conocerle, me demostró que su humildad y amabilidad eran tan reales como aparentaban. Carlos es un jugador que se hizo a sí mismo. Un auténtico portento físico con capacidad para hacer cualquier cosa. Recuerdo el campeonato junior que ganó a las órdenes de Álvaro Bilbao en Pinto… En aquel equipo había buenos jugadores como Javi Del Carmen o Jorge Garbajosa, pero él era la estrella. También lo fue el año anterior en Segovia, o como integrante de la selección española de su edad en Tel Aviv. Carlos, en la edad junior era un anotador implacable. Pero fue lo suficientemente listo como para asumir que para hacerse un hueco en ACB, debía hacerlo defendiendo… Algo parecido le ocurrió a Isma Santos años antes en el Madrid… Luego, con el poso y la tranquilidad de los minutos, puso sobre la mesa su capacidad anotadora,, y eso le sirvió para hacer una gran carrera en equipos de alto nivel como el Baskonia, el Caja San Fernando o el Lucentum Alicante. Carlos justo arrancaba en aquella final del 96, su peso era residual, pese a que se encargó de Prelevic a cinco minutos del final, pero su estampa y su sonrisa quedan para el recuerdo…
Acabo con Marcelo Nicola. Seguro, el mejor jugador con el que he compartido entrenamientos y banquillo (él jugando y yo en el banquillo, por supuesto). Marcelo era talento puro, por los cuatro costados. Uno le veía jugar y era consciente de que iba a llegar tan lejos como él quisiese. Era capaz de botar como Curry, de pasar como Pablo Prigioni, tirar como Peras, postear como Scola o correr el campo como Travis Hansen. Marcelo podía hacerlo ABSOLUTAMENTE TODO SOBRE LA CANCHA. Me río y me sigo riendo de la gente que dice que Marcelo podía haber llegado más lejos de lo que llegó… Se olvidan de que Marcelo jugó en el Baskonia, en el Barça, en el PAO, en la Bennetton o en el Montepaschi Siena. Lo hizo todo y todo bien. Pero además, Marcelo es un tío cojonudo. Muy amigo de sus amigos, humilde y buena persona. Una de esas personas que te hace sentir orgulloso de haberlo conocido.
Aquella noche del 12 de marzo del 96 fue su noche. Empezó un tanto dubitativo, y no era para menos, el tres rival era un tal Stojakovic…casi nada al aparato… pero un cambio, una charla con Manel para el recuerdo (¿¿Qué demonios le diría en el banquillo agarrándole la cara por las orejas??) y de repente…. BOOOM, literal. Marcelo explota, la hunde a dos manos desde el tiro libre, y desde ese momento, emerge un nuevo Marcelo Nicola, el Marcelo estrella que esperabamos todos y que sabíamos que iba a aparecer, y cambia el partido. Se come al greco-yugoslavo Stojakovic (Kinis), y levanta la copa “Puchar” en una imagen para el recuerdo. Su noche… La noche que compartió con Ramón Rivas.
Lo siento, se que no ha sido un artículo de baloncesto puro, sino más bien una descarga de sentimientos… pero no puede ser de otra forma. Los cuatro aleros de aquella noche, para mi, no son aleros, son amigos… los cuatro. Y no sabéis el orgullo que me produce poder escribir esto.
Para mañana dejaré a los pivots…
CONTINUARÁ

Joseba Sanchez

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Ramon de 5, Marcelo de 4, en la época de los tres extranjeros y hubiésemos campeonado, no me cabe la más mínima duda.