Los pivots de aquel Baskonia estaban, a priori, condenados. ¿Inferiores? No, superinferiores, sobre el papel a los Garrett, Rentzias y compañía. ¿Por qué? Porque el jugador del Baskonia más valorado, más anotados y más reboteador, Kenny Green, estaba de baja por lesión. Eso dejaba al Baskonia con dos pivots y un jovenzuelo para ayudarles… Ramón Rivas y Miguel Angel Reyes, junto a Jorge Garbajosa. Una lucha sin igual…
Empecemos precisamente por Jorge… A Jorge lo vi crecer en Vitoria. Recuerdo verlo por primera vez en el Pabellón de Mendi, al poco de que llegase… Tenía dos piernas que parecían dos torres de Juego de tronos. Digamos que su físico al llegar no se parecía absolutamente nada al que lució en la final, ni siquiera al que lució años más tarde en Italia, Rusia, Toronto, Unicaja o Madrid. Pero Jorge tenía “algo”, un ángel en las manos, una calidad tremenda y una inteligencia para jugar al baloncesto fuera de toda duda. Jorge se encontró en su carrera dos trampolines inesperados siendo muy joven… La lesión de Kenny Green le dio minutos, y la lesión de Sherron Mills (que en paz descanse) le confirmó como pívot importante en el Baskonia. Lo aprovechó al 1000×1000. Luego él sería capaz de evolucionar hacia el pívot moderno, de la mano de Ettore Messina, que le enseñó a utilizar su tiro de tres para abrir espacios y ser uno de los mejores pivots europeos de la década. El curriculum de Jorge, analizando los equipos en los que ha jugado, y sobre todo, el rol que tenía en todos esos equipos, asusta. Hablamos sin duda de una gran estrella del baloncesto. En aquella final tuvo su primera gran prueba de madurez (bueno, antes ya había jugado dos finales de campeonato de España junior, ganando una). Jugó fantástico, y fue el pulmón del equipo, dando la solidez al grupo que necesitó…
Miguel Ángel Reyes. No voy a engañaros… Nunca me gustó Reyes. Ya desde que era muy joven en categorías inferiores con el Forum de Valladolid y luego cuando Marcelo irrumpió en el universo ACB, se le comparaba con Nicola, yo los veía y decía… ¿En serio están comparando a Reyes con Marcelo? Reyes fue una estrella precoz, de esos jugadores que apuntan altísimo pero al final no llegan a donde apuntaban… Recuerdo que Reyes elevó su crispación con Marcelo en alguna jugada algo sucia con él (casi una agresión) cuando jugaba en Valladolid, lo cual hizo que le tuviese una gran ojeriza (al estilo Felipe – Scola)… Pero luego lo fichó el Baskonia, y entonces me propuse mirarle con otros ojos… Me costaba, pero lo intentaba… Reyes se vio de cuatro titular de repente por la lesión de Kenny y la imposibilidad de fichar en Europa, e hizo lo que pudo. Hay que reconocerle su entrega y lucha, siempre, pero sobre todo en aquel partido, aunque nadie acabe recordando su actuación ni de aquel día ni siquiera de su paso por Vitoria, el hizo mucho trabajo sucio necesario para poder ganar aquella final…
Y acabamos con el héroe de la noche. Uno de los grandes mitos del Baskonia, Don Ramón Rivas, un tío excepcional que tiene a la afición del Baskonia en el bolsillo con todo el merecimiento del mundo. La primera vez que vi a ramón fue en Madrid. Mi aita me llevó a ver a Larry Bird, el jefe o Danny Ainge a Madrid frente al Madrid de Petrovic. Aquel regalazo (que lo fue) lo completó bajando a la zona mixta de la mano de Walter Szczerbiak, donde pude admirar a mis ídolos a escasos centímetros de distancia. Por supuesto, yo sólo tenía ojos para el pájaro, para Don Larry Bird, pero tampoco se me pasó por alto la estampa de un enorme Ramón Rivas aquel día… Luego Ramón se convirtió en el primer fichaje mediático de la trayectoria de Josean Querejeta al frente del Baskonia, y pilar del proyecto en Vitoria.
Ramón siempre se comportó como un jugador franquicia. Tanto dentro de la cancha como fuera de ella. Siempre lo dio todo, siempre con responsabilidad, y siempre uniendo al grupo desde la parte humana también. Conectaba perfectamente con Pablo Laso, y su trabajo hacía brillar a los Arlaukas, Bannister, Kenny Green y compañía que los acompañaban… Ramón acostumbraba a hacer el trabajo oscuro y dejaba brillar al cuatro, y eso lo bordaba… Pero en estas, se plantó en el año 96, miró a su cuatro, y se encontró a Reyes… Y entonces decidió que esa noche no tenía que hacer brillar a nadie, que le tocaba a él, y ¡Vaya si le tocó!
También hay que ir unos días atrás en esta historia… Ramón estaba llamado a pegarse con Garrett, uno de los mejores pivots que jugaba en Europa aquel año (a pesar de ser muy joven entonces) y que luego haría una brillante carrera en la NBA. Pero a Garrett se le ocurrió abrir la boca, y días antes de la final, en una entrevista, soltó una frase para el recuerdo, que a la postre ayudaría a Ramón esa noche. Preguntado por su inminente duelo contra el puertorriqueño, Garrett soltó algo así como.. “¿Ramón Rivas? ¿Quién es Ramón Rivas? No lo conozco…” Amigo, ese día cavaste tu tumba. Ramón cogió aquella entrevista y se dijo… “Esta noche vas a conocer a tu padre”… Y lo conoció. Canastas (hasta 31 puntos), rebotes (hasta 14), bloqueos, asistencias, un acierto exagerado en el tiro libre y sobre todo, defensa. Dejó a Garrett completamente anulado y humillado. Si, ese día Garrett conoció a su padre. Peo no sólo se quedó ahí… Buscó a la estrella del Paok, y aunque jugase de escolta, también se fue a por él. Todos recordaremos la estampa de Ramón diciéndole a Prelevic quien manda en Vitoria.
Hace poco, Ramón hablaba de que aquel fue el partido de su vida. Lo fue, pero también fue el partido de la vida de todos los baskonistas. Y lo fue gracias a él… Mañana cantaremos todos el “dale Ramón”. Que menos…. Se lo merece…

Joseba Sanchez

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Es que un jugador como Ramón no se compra con dinero, y en la época de los dos extranjeros, sin comunitarios etc, fue un regalo de los dioses.