Pronto se va a cumplir un año de mi primera colaboración en este blog, un nuevo espacio que surgía para para aglutinar al baskonismo con la intención de enganchar a los aficionados más jóvenes a través de relatos cargados de memoria histórica además del intenso repaso a la actualidad azulgrana escritos por parte de el roster de colaboradores de bajolacupula.com
Todo ello en una primera temporada tan intensa y tan espectacular en la que el Baskonia y sus aficionados disfrutaban como hacia años que no sucedía. Un curso que acabó con notable alto y que será difícil volver a igualar en los próximos años. La primera cita de la campaña 16/17 está al caer con la celebración de la Supercopa en el Buesa Arena a partir de este fin de semana y todo lo que suceda durante la apertura oficial de la temporada tendrá cabida en este espacio.
Volviendo a aquella,mi primera, colaboración en este blog, se me ocurrió escribir y recordar mis recuerdos personales vinculados al recinto de Zurbano desde su estreno como pabellón de baloncesto hasta su última ampliación con el cambio de cúpula incluido. Se puede decir que muchos de aquellos recuerdos también vitales estuvieron directamente ligados a los éxitos más importantes del Baskonia tal como se puede leer en los siguientes enlaces:
Mis recuerdos bajo la cúpula (1ªparte)
Mis recuerdos bajo la cúpula (2ª parte)
Por eso no quería dejar pasar un asunto que siempre me ha rondado la cabeza desde que la vieja cúpula fuera trasladada, una reivindicación de ese espacio a apenas unos metros de su primera ubicación a un nuevo destino sin que tenga un uso muy bien definido desde aquel mes de julio de 2011.
Sin entrar en debates técnicos, ni ahondar en la polémica sobre la decisión que llevó al equipo encargado de desarrollar las obras de la ampliación de prescindir de la cubierta original del recinto, se esgrimieron cuestiones técnicas para justificar el traslado de la cúpula que había cubierto durante tres décadas el recinto ferial-deportivo.
El Buesa Arena que crecía hacia arriba con un nuevo anillo al que se sumaban más de 6.000 asientos y dejaba el aforo total del en 15.504 localidaes. La espectacular y compleja operación que se llevó a cabo para desplazar la cúpula que había caracterizado al pabellón baskonista, dio la vuelta al mundo, muchos fueron los informativos que cubrieron este traslado, videos e imagenes que también fueron reproducidos a través de las redes sociales y de canales como youtube. El Buesa Arena entraba en la última fase de su remodelación e iba cogiendo una nueva forma más impactante en su fisonomía.
De repente la cúpula original quedaba relegada a un segundo plano, sujetada ahora por decenas de pilares en la zona del aparcamiento del pabellón más próxima al edificio de la Caja Vital. Este nuevo espacio servía de improvisado aparcamiento cubierto durante los días de los partidos del Baskonia, como lo mismo se instalaban debajo de ella atracciones para los más pequeños en época navideña. También se han llevado acabo algunas ferias relacionadas con la compra y venta de vehículos de ocasión, además se ha empleado como centro de culto para los practicantes de la religión musulmana, especialmente en fechas tan significativas como el Ramadán o la fiesta del cordero. Usos totalmente lícitos pero que no parece estar regulados como sucede con cualquier edificio público que hay en la ciudad, ya sean centros cívicos, polideportivos, o locales diversos de propiedad municipal.
De hecho este espacio en ningún momento se ha llevado acabo ni una sola reforma, arreglo o intervención, tal como se dejó preparado hace ya cinco años para acoger a la cúpula. Una solución improvisada para evitar la desmantelación de una estructura diseñada por los arquitectos catalanes, Carles Buxadé y Joan Margarit que recibió el Premio Europeo de Estructura Metálica en 1977, autores además de otras obras prestigiosas como la remodelación del Estadio Olímpico de Barcelona en 1990 y participes de la ampliación del Pabellón Araba en 1998, en la que se tuvo que elevar la cúpula 19 metros de altura con peso de 360 toneladas gracias al impulso de 12 gatos hidráulicos.
Cabe recordar que en 1975 a medida que el poligono industrial de Betoño iba creciendo a las afueras del nordeste de la ciudad, no solo se fueron instalando allí la industria pesada de talleres y fábricas, también la actividad ganadera que hasta no hacía mucho tiempo había tenido en las calles de Vitoria diferentes plazas de ganado, la primera de ellas hasta 1947 en la calle Francia, donde se encuentra actualmente el Museo Artium y posteriormente hasta la edificación del barrio de Zaramaga, se ubicó la segunda en la actual plaza del Tres de Marzo.
Foto: Montaje de la cúpula en 1975
Así en 1975 el Ayuntamiento de la capital alavesa comenzó a construir una importante instalación capaz de albergar el Mercado Regional del Ganado, en unos terrenos adquiridos a finales de los años sesenta a 3 kilometros y medio del centro de la ciudad. Allí se instaló además una exposición permanente de maquinaria agrícola, con oficinas, y espacios destinados para basculas,y equipamiento profesional, junto a otros servicios y equipamientos propios de la actividad agrícola, además del espació destinado a las reses y caballos de los ganaderos de la zona rural del entorno,es decir Betoño, Zurbano y Gamarra.
Para cubrir las obras de este recinto,el Ministerio de Agricultura aportó 20 millones de pesetas (120.000 euros) para cubrir un presupuesto total de 60 millones de pesetas. (360.000 euros). Las obras duraron cerca de dos años en los que también se urbanizó la zona para unir este recinto a la carretera que unía Vitoria con el pueblo de Zurbano.
Pero este ambicioso proyecto ganadero no acabó de cuajar ni llegó a tener la dimensión deseada, su uso se limitó a acoger a los animales de la zona tal como se había previsto, se celebró algunas ferias como la de Santiago cada 25 de julio, además de alguna que otra demostración de deporte rural, y otros eventos sin demasiada enjundia.Esta instalación pasó a ser propiedad de la Diputación Foral de Álava, entidad que trató impulsar este edificio tan llamativo.
Foto:Fundación Sancho El Sabio. Aspecto exterior de la Plaza del Ganado
Ese uso tan intermitente, como deficitario,de la instalación foral fue uno de los motivos que llevó al Diputado General de Álava Fernando Buesa a proponer al Baskonia y al resto de instituciones, este recinto como alternativa a la ampliación del polideportivo Mendizorroza durante la primera parte de 1990, para cumplir con las exigencias de la Liga ACB, que solicitaba que sus equipos contasen con pabellones con un aforo mínimo para 5.000 espectadores.Tal como escribí el pasado año en el reportaje «De Mendizorroza al Pabellón Araba» en www.baskonistas.com con motivo del 25 aniversario del estreno del Pabellón Araba como sede del Baskonia.
Desde aquel sábado 15 de setiembre de 1990 hasta el lunes 18 de julio de 2011 fueron 21 años intensos en inolvidables de mucho baloncesto, y algunos conciertos los que acogió el pabellón Araba, posteriormente Araba Arena y finalmente Fernando Buesa Arena.Una cronología que también se puede leer en este otro texto «La historia del Pabellón Araba/Buesa Arena» como escenario de los mejores momentos de la historia de Saski Baskonia.
Por todo ello, me lanzo a sugerir, comentar y animar a las instituciones responsables del nuevo espacio destinado a la Cúpula original a que se le de un uso más digno, se remate la instalación, adecuando su superficie, que pueda permitir acoger cualquier tipo de actividad deportiva, cultural, y se convierta en un espacio poilivalente.
Cúpula Las Arenas Barcelona
Instalar una pista polideportiva para su uso habitual, no profesional a acoger pequeños conciertos, ferias de cualquier tipo, celebraciones publicas o particulares. No habría ni siquiera invertir una elevada cantidad de dinero que permita cerrar su perímetro para instalar baños, almacenes, o bares para que allí dentro puedan acogerse eventos que además generen ingresos a través del pago de un alquiler por el uso del espacio o por la explotación del recinto.
Un ejemplo que podría servir como inspiración o modelo podría ser la cúpula del centro comercial Las Arenas de Barcelona, que cubre lo que originariamente fue la plaza de toros de la ciudad condal. Salvando las distancias, la cúpula barcelonesa es de menor superficie que la vitoriana, y teniendo en cuenta que se tratan de dos ciudades muy diferentes entre si en cuanto al número de habitantes y al número de propuestas de ocio que se pueden ofertar, si que es cierto que la vieja cúpula del Araba, puede y se debe emplear como reclamo para crear un nuevo lugar destinado a cualquier otro uso definitivo y diferente que el actual.
Ni por su historia como la mejor estructura de Europa de 1977 y como techo de uno de los pabellones más importantes del baloncesto internacional hasta 2011 merece tener un mejor aprovechamiento. Ideas seguro que pueden haber muchas, pero se necesita que exista y se de una verdadera que voluntad política por darle una nueva «vida» a uno de los símbolos de la Vitoria de extrarradio. ¿Por qué no?

Ruben Gazapo

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